Farina o Gershwin, confesos y no

Es curioso: una pandemia que rebasa fronteras, una enfermedad que se mezcla con el aire, elemento invisible y omnipresente, esencial para la vida, nos mantiene alejados de los seres queridos, de los centros de ocio, de los lugares que queremos visitar y también de aquellos a los que desearíamos volver. El coronavirus ha aplanado una vez más el mundo con su poder devastador y, sin embargo, nos ha encerrado en nuestras viviendas, físicas y espirituales.

 

Pero de vez en cuando se abre alguna ventana y mañana me asomaré, una vez más, a las de mi casa, las de mi particular Manhattan, con sus atardeceres dorados (el inicio de “Salamanca” sería un atardecer, no un amanecer), los perfiles en sombra de una pareja de enamorados, Gershwin o Farina, a su gusto lo dejo. Rhapsody in blue and gold, el oro de sus edificios a la luz de una noche cada vez más invernal, como este otoño perpetuo en el que nos hallamos, lóbrego y oscuro como pocos.

 

La excusa, una vez más, es un libro, Madrid, Nueva York, Logroño (LC Amarante, 2020), un hijo de este año, en realidad el fruto de los muchos paseos por mi añorada Salamanca, donde aprendí, entre otras muchas cosas, a caminar. De eso va el libro, poco más que un relato de mis paseos y de sus paseantes, verdaderos protagonistas de la calle y sus cafés, de las ciudades y sus manzanas. De ahí que te invite a su lectura, por si te encuentras en ella, por si te puedes reconocer en sus fotografías como quien actúa de figurante en una película, o como quien se reconoce en sus protagonistas. O en sus secundarios. Cuánto me gustan los secundarios.

 

La librería Santos Ochoa, en Grand Avenue (Gran Vía, 12) será la sede de esta pequeña correría, de esta travesura impropia de un tipo condenado de por vida a seguir las reglas. Allí os espero de 18:30 a 20:00, pecadores irredentos, neoyorquinos nativos o adoptados, nostálgicos, confesos y no.

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