La Cenicienta detenida por aparcar en el carril bus

Agentes de movilidad retuvieron su carroza en una calle céntrica de la capital y mantuvieron con ella una agria disputa.

Eran las ocho de la tarde cuando en plena Gran Vía de la capital, tal y como nos han confirmado fuentes de la Policía Municipal, una carroza reluciente fue retenida por los agentes de movilidad por hallarse estacionada en pleno carril bus. Su dueña, una señora de cabello rubio que se hacía llamar Cenicienta, afirmó que solo había detenido su vehículo para comprobar el estado de su peinado en el cristal de una marquesina.

Requerida por la policía, testigos oculares nos afirman que, en un intento de huida, la Cenicienta golpeó una de las motos de los agentes y que, furiosa tras haber sido retenida de nuevo, profirió diversos improperios contra los agentes agitando sus brazos y señalando varias veces, de manera espasmódica, su reloj. “Es como si tuviera prisa”, comentó uno de los presentes.

La disputa se prolongó durante horas. Tanto tiempo pasó que a eso de la medianoche la lujosa carroza se transformó de súbito en una vulgar calabaza, hecho que aprovecharían los vecinos más humildes del barrio para hacerse con una porción con la que poder elaborar, al día siguiente, una suculenta crema. “Es la crisis, ¿saben?” se disculpaban mientras la Cenicienta, ahora vestida con unos trapos viejos, citaba a los agentes en el juzgado.

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