Men on Wire

El 6 de agosto de 1974, Philippe Petit se disponía a iniciar su recorrido por el cable que unía las torres más altas del World Trade Center cuando el murmullo de una conversación se impuso sobre el silencio expectante que dominaba la calle. “Pero tendrás derecho a paro, ¿no?” Aquella frase desencadenó entre los presentes una sucesión de anécdotas y opiniones sobre jurisprudencia, que se convirtieron en el eje de aquella improvisada reunión. “Creo que lo ha conseguido, pero no estoy seguro”, sentenció finalmente un joven provisto de unos prismáticos, provocando la dispersión de la masa.

Décadas más tarde, los espectadores que habían iniciado aquella conversación ignorando por completo la actuación del funambulista, quedaron en la casa de uno de ellos para ver el documental que acababa de ganar el Oscar y en el que Philippe Petit detallaba los entresijos de aquel paseo por el cielo de Nueva York. Mientras se iniciaba el DVD, a uno de ellos se le ocurrió preguntar por la situación laboral del nieto del otro. Finalizada la película, ambos amigos se lamentaron por no haber atendido a la cinta.

El pasado mes de enero, Jimmy acudió, guardando riguroso luto, al funeral de Darren, el hombre que había conocido el 6 de agosto de 1974 al oeste del Bajo Manhattan bajo el cable por el que se trasladaba Philippe Petit. Al aproximarse al ataúd, quiso dirigirle unas últimas palabras a su amigo: “Anoche vi la película y tenías razón: el francés es el único hijo de puta que resiste en el alambre”.

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