Que tuviera que esperar a los dieciséis años para enamorarme definitivamente del baloncesto impide que pueda hablarse de esta como de una pasión infantil. Antes, como casi todos los chicos de mi generación, recorrí campos de fútbol y fútbol sala mientras idolatraba a los Raúl o Zidane de turno. Sin embargo, pronto sentí que el baloncesto había llegado para acompañarme el resto de mi vida, como un amigo fiel que no hace preguntas, que simplemente tiende su brazo y te comprende. De ahí que le dedicara muchas tardes de invierno, también alguna que otra mañana de verano, a recuperar el tiempo perdido, a descubrir los secretos de un juego que nadie vino a enseñarme.
Empecé a entrenar, por su parte, a una edad relativamente temprana en el Colegio Padres Trinitarios de Salamanca, tras convertir a mis pupilos de fútbol sala y atraerlos hacia mi propia «droga». Mientras, en paralelo, desarrollaba una modesta carrera como jugador en las categorías provinciales, en el seno de algo más que un equipo, la familia del Bambú Legends de Cabrerizos, equipo campeón del Trofeo Interdiputaciones de Castilla y León 2009 y 2010, así como de la Liga Senior interprovincial Zamora Salamanca en la temporada 2012-2013, en una inolvidable final en la que nos impusimos en la prórroga a los compañeros del C.D. Carbajosa.
El 23 de junio de 2010, en la víspera de las hogueras que conmemoran el solsticio de verano, di luz al blog Individual o Zona, una suerte de diario en el que reflejo mis dudas y alguna que otra certeza sobre el oficio de entrenar, sobre la actualidad del baloncesto y sobre temas de educación, un campo que no debemos deslindar cuando nos ponemos delante de doce almas adolescentes dispuestas a escucharnos. Gracias a él he podido contactar con grandes entrenadores y periodistas especializados, amén de llegar a oídos de los mejores clubes de mi ciudad. El blog, junto a mi Canal de YouTube, sigue siendo mi mejor carta de presentación en esta materia.
Mi formación, por su parte, procede de la observación atenta de los partidos profesionales, del contacto con entrenadores de los que he sido ayudante o con los que he podido compartir interesantes diálogos y, por supuesto, de los cursos que la Federación Española de Baloncesto ofrece a través de su escuela de entrenadores y cuya meta última fue el Curso Superior celebrado en Zaragoza durante julio de 2014 (aunque la fase on-line hubiera comenzado en abril). Durante dos intensas semanas me empapé de baloncesto, sudé cuero y conocí a grandes amigos. Quizá por eso regresé un año más tarde para hacer el Máster de Táctica (en cuyo marco pude además realizar una ponencia sobre el «clutch time»), complemento de una formación que nunca termina y en la que también he participado desde el otro lado, como profesor, en dos charlas promovidas por la Delegación Salmantina de Baloncesto: La mirada del entrenador y La formación de jugadores en Estados Unidos: la selección como modelo, así como, durante la pandemia, ofreciendo una charla de entrenamiento sin contacto para la Asociación de Castilla y León de Baloncesto (ACLEB) y otra de táctica para la empresa My Play. Recientemente, además, Evaristo Pérez quiso contar conmigo para la impartición de la Táctica Ofensiva en el curso de nivel II de la FBCyL.
En el plano laboral, durante cuatro años estuve vinculado al Club Baloncesto Santa Marta. Años felices, sin duda, a pesar de que fueran mayoría las derrotas en la pista. A continuación gocé de la oportunidad de entrenar en el Club Baloncesto Tormes, auténtica referencia del baloncesto salmantino en la categoría masculina. En este proyecto se encuentran embarcados algunos de los mejores entrenadores de la región y es un gusto poder colaborar con ellos en hacerlo día a día más grande y mejor.
También he participado en tareas derivadas de la Federación de Castilla y León, al ser entrenador ayudante de la selección prealevín provincial masculina 2002 y principal de la femenina 2004, bronce en el campeonato autonómico, celebrado en Béjar durante el mes de junio de 2015. En el curso 2015-2016, tuve la suerte de subir un peldaño más y coordinar, así, las labores del Programa Regional de Detección, hecho que me permitió ponerme a prueba en tareas organizativas y rodearme de un fantástico grupo humano, al que siempre estaré agradecido. Afortunadamente, pude repetir la experiencia en Burgos, en 2021, gracias a la confianza depositada en mí por parte de Paco Cózar, secretario técnico de la federación, y Ángela Alonso, delegada provincial. Finalmente, pude participar como ayudante de la selección masculina de minibasket en el Campeonato de España de 2018.
Hasta aquí una trayectoria en la que el baloncesto se presentaba como un complemento a todo lo demás. Todo cambió una mañana cuando Jenaro Díaz, entrenador del Club Baloncesto Clavijo, me llamó para que acudiera a Logroño a actuar como entrenador ayudante del LEB Plata. Desde entonces, cuatro intensos años en Logroño y otro más en Burgos, en el Club Baloncesto Tizona, en LEB Oro, antes de regresar a Burgos, en este caso al San Pablo, equipo con dos Champions League en sus vitrinas, me hacen sentir la fortuna de poder dedicar mis mayores esfuerzos a la enseñanza del baloncesto, un sueño hecho realidad, como también lo fue poder entrevistar a entrenadores como Dmitris Itoudis o Igor Kokoskov durante la celebración de alguno de los cursos en los que he podido participar al ser el responsable del blog de Sport Coach Academy, el mayor espacio de formación de entrenadores de baloncesto y otras disciplinas en todo el mundo.
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