Carnés de libertad
Todos aceptamos, con cierta naturalidad, que no podemos estar bebidos al volante, no tanto en la medida en que podamos causarnos daño a nosotros mismos como por el riesgo en el que ponemos a terceros. La DGT no piensa en nosotros, o nuestras familias, sino en los otros, y en las Continúa leyendo