Presentación en la Universidad de Salamanca

El pasado jueves, 17 de mayo, tuve el honor de presentar el libro “Hasta que la noche nos alcance” en las aulas de la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca, un feudo al que llegué hace dos años y medio con mi formación en Derecho (pendiente hasta mejor vida) y Geografía como dudoso aval para dedicarme a la escritura. Bueno, también había leído mucho, y cursado algún que otro taller (el principal, por el efecto regenerador que tuvo en mí, el de Raúl Vacas en la Casa de las Conchas), pero aquello no impedía que me sintiera extraño entre devoradores de literatura obsesionados con la obra de un determinado autor o corriente literaria, con esa mentalidad de cirujano que yo, desde luego, no traía.

Pero lo cierto es que nunca llegué a sentirme un intruso por sus pasillos, tampoco asistiendo a las clases del Máster de Creación Literaria que aquel año debutaba como formación de posgrado en la universidad. Allanaron el camino los profesores quienes, participando del entusiasmo del proyecto recién nacido, nos regalaron lecciones y seminarios muy provechosos, siempre con el celo y el respeto a un oficio que nunca dejará de depender, aunque se puedan enseñar algunas claves, del talento de quien lo practica.

Fue fantástico imbuirse en los misterios de la minificción, del microrrelato y el relato, pero también del ensayo y los aforismos. Y empaparse de fórmulas de escritura de no ficción o comprender las técnicas del periodismo literario. También “dibujar” viñeta a viñeta una trama negra, con sus clichés correspondientes, ingrediente esencial de todo plato amargo. Llevaba mucho tiempo sin mirar el reloj en clase. Y sin sentir que cada minuto tenía un sentido.

Lo mismo nos ocurrió a Arturo Aversente, compañero de aquella promoción, y a mí en la presentación de nuestras primeras obras, deudoras en gran medida del Máster, más aún cuando fueron la base de sus trabajos finales. Se nos fue el tiempo en un solo pestañeo presentando nuestras propuestas de lectura –que eso son, al fin y al cabo– y contestando las preguntas de los presentes, muchos de ellos alumnos de la nueva promoción: es así como se renueva la vida de las instituciones, cómo los unos le dan el relevo a los otros transmitiendo su propia experiencia, en este caso satisfactoria.

Y como es mejor que hablen las imágenes, os dejo con el vídeo de una presentación que recordaré siempre con el mismo cariño que nos expresaron los allí presentes.

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