Preguntas al tiempo

Tiempo, ficción de ficciones, tumba invisible de quien aún se cree vivo, densa reja de metal puro –e indestructible– a la que se asoma el menos libre de los hombres: el que te ignora. Todo en ti es pura convención: tu nombre –bien pudimos llamarte pala o azucena–, tu medida –por muy geométrico, y por ello matemático, y por ello incontestable, que nos parezca el sistema sexagesimal– y tu poder –el que cada día te concedemos como ordenador del caos y regulador de costumbres y usos sociales. Tiempo omnipresente, ya se sabe, todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar. Tiempo geológico, histórico, pasado, presente y futuro. Tiempo relativo –eso seguro– sometido a campos gravitatorios, a la relación con el espacio y con el movimiento, a la percepción de esos seres humanos a los que –menuda paradoja– los días se les hacen largos y la vida, en cambio, extremadamente corta.

Tiempo, yo te pregunto, por qué no es igual el segundo que tarda en cerrarse una puerta si quien se va lo hace para siempre.

Cómo es tu verdadera forma, que a veces me parece la de una circunferencia perfecta y otras las de una espiral infinita de pronunciadas pendientes.

¿Estabas antes de que te pensáramos? ¿Viniste para quedarte?

Tiempo, trata de explicarme la siguiente situación: Es temprano, ella duerme desnuda. El rocío se precipita sobre las rosas del jardín y una leve brisa desplaza las cortinas permitiendo que el primer rayo de luz ilumine su rostro. ¿Por qué no te detienes, tú también, a contemplarla?

¿Cada día amanece todo el tiempo?   *frase de Ramón Gómez de la Serna

¿La felicidad es, como definía Umbral en Mortal y rosa, un pasado actuante? ¿Somos y seremos felices por el recuerdo de que un día lo fuimos?

¿Al punto final de los finales le siguen dos puntos suspensivos?   *Joaquín Sabina. «Lo peor del amor».

¿Por qué la muerte de una madre acelera tu paso, te encabrita y te pone a cabalgar al galope?

¿Por qué recordar con añoranza el pasado es de una nostalgia decadente y melancólica y anticipar el futuro una actitud emprendedora y valiente? ¿Acaso no son, pasado y futuro, sendos territorios de la imaginación, ambientes de novelas que nunca publicaremos?

¿Envejecer es trepar hacia una cumbre, acumulando la fatiga del ascenso, para, durante un momento, divisar y comprenderlo todo antes de iniciar un vertiginoso descenso?

Parafraseando el proverbio que dice que los europeos tienen los relojes y los africanos el tiempo: ¿Los jóvenes tienen la tecnología que los permite estar en varios lugares a la vez, conectados con los rincones más alejados del planeta, y sus mayores, al menos los más sabios de entre ellos, la plenitud que otorga el sabor único de cada instante?

¿Esperar es un verbo de acción?

¿Tenía razón Neruda? ¿Aunque corten todas las flores llegará la primavera?  

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