Matemáticas a la madrileña

Que Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres lo sabíamos por Dámaso Alonso y su poema Insomnio. Sin embargo, no terminan ahí las lecciones numéricas que nos ofrece la capital. Conviene, si no, recordar las siguientes:

–Reste diez a los minutos que estiman los nativos como necesarios para llegar a un lugar. Nunca lo han probado y lo ven demasiado lejos como para no ir en coche, taxi o cualquier forma de transporte colectivo.

–Sume uno al conjunto de almas solitarias que recorren la ciudad. No se preocupe, no es el único que olvida contarse a sí mismo.

–Multiplique por cinco el número de veces que ha tenido que contorsionarse para no chocar con un viandante. Imagine que no hubiera Metro.

–Reste una cifra al azar del número de mujeres que le han parecido preciosas (cachondas, buenorras,…). Es el factor de ajuste que precisa su nivel de euforia.

–Sustraiga mil del número de gorras avistadas. Hallará la cantidad aproximada de cerebros que ocultan.

–Sume once a las Copas de Europa del Atlético. Tendrá las del Real.

–Si es usted un turista, divida por un millón lo maravilloso que le ha parecido el centro de Madrid. Obtendrá el nivel de vida aproximado de los curritos que habitan en su periferia.

–Si es usted madrileño y no está de acuerdo con lo aquí expuesto, reste en uno su número de amigos en Facebook.

Buenas noches

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